Cuando hablamos de cloud computing tendemos a simplificar. Sin embargo, bajo esa denominación caben muchas cosas y la naturaleza en sí de la nube es compleja, lo que, unido a otros factores, como por ejemplo, la publicidad constante que la rodea y suele exagerar sus bondades, ha dado lugar a mitos y malentendidos en torno a su uso y beneficios potenciales.
¿Cuáles? Los hay de todos los tipos y colores, pero en esta ocasión nos vamos a centrar en los que la firma Gartner Inc. ha sacado a la luz en un informe reciente. En total son diez, y según ellos se tratan de algunos de los mitos más peligrosos y engañosos. Os dejamos a continuación con un resumen de cada uno de ellos (en el informe los analizan de manera detallada, por si a alguien le interesa).
Mito 1: “La nube ahorra dinero”
Los grandes actores del sector se han preocupado mucho por hacer calar en el mensaje de que utilizar la nube ahorra dinero. Y no mienten, porque en multitud de casos así es, aunque tampoco dicen toda la verdad, ya que en otros tantos no ocurre.
Afinando más, desde Gartner explican que no todos los precios de los servicios en la nube están bajando (por ejemplo el de los softwares como servicio) y que ahorrar dinero puede llegar a ser uno de los beneficios, pero no debe darse por sentado.
Mito 2: “Si no es cloud computing no es bueno”
Por desconocimiento, por la publicidad o porque los proveedores de tecnologías están poniéndole la coletilla de cloud computing a cada vez más productos, la realidad es que hay un mantra que se está extendiendo como la pólvora: “Algo no puede ser bueno a menos que se trate de la nube”.
Lo cierto es que el cloud computing no siempre es la solución y para muchas empresas puede que opciones tradicionales les resulten más beneficiosas (por ejemplo, para las que operan en zonas con estrictas regulaciones de protección de datos, un datacenter propio puede ser una mejor apuesta que alojar la información en infraestructuras cloud de terceros).
Mito 3: “Hay que usar la nube para todo”
Esto está relacionado con el mito anterior, y se refiere a la creencia de que las características de la nube son aplicables a todo. No es verdad, porque, aunque en determinados supuestos, utilizar soluciones cloud proporciona ventajas varias (ahorro de costes, por ejemplo) no todas las aplicaciones y cargas de trabajo se benefician del cloud computing.
Mito 4: “Hacer lo que quiere el CEO es una estrategia cloud”
Comenta Gartner que cuando se pregunta a las empresas acerca de su estrategia cloud, muchas responden que están haciendo lo que quiere su consejero delegado, lo que obviamente tiene poco de estrategia.
Una estrategia en la nube comienza por identificar los objetivos y valorar si el cloud computing puede ayudar a conseguirlos mitigando posibles inconvenientes. Dicho de otra forma, hay que pensar en la nube como un medio para un fin, y lo primero es fijar ese fin.
Mito 5: “Necesitamos una estrategia cloud”
El intentar estandarizar una sola estrategia cloud para toda la empresa no funciona. Existen diversos modelos de cloud computing (IaaS, PaaS y SaaS son los más conocidos) y varios tipos de nubes (privadas, públicas o híbridas), por lo que las compañías deben estudiar qué modelo y tipo de nube se adapta mejor a cada objetivo. Es decir, que casi siempre hará falta más de una estrategia.
Mito 6: “La nube es menos segura que las infraestructuras propias”
Al ser manejadas por terceras partes las infraestructuras sobre las que se ejecutan los servicios cloud, no son pocos los que perciben el cloud computing como algo menos seguro que las infraestructuras propias.
Tampoco es cierto, se trata de una conclusión basada en un problema de confianza y no en hechos. Y es que, ha habido pocos casos de violaciones de seguridad en nubes públicas, y los proveedores de servicios cloud tienen muy en cuenta el asunto de la seguridad. En definitiva, si el proveedor cloud de turno demuestra sus capacidades de seguridad, el que va a contratar no debería dudar de la seguridad de sus ofertas.
Mito 7: “La nube no es adecuada para las actividades principales de la empresa”
La mayoría de empresas utilizan el cloud computing para pruebas y desarrollo. Sin embargo otras van más allá y lo usan como parte troncal en sus áreas de negocio principales, y también hay cada vez más que fundamentan toda su actividad en la nube (Netflix o Uber son dos claros ejemplos), de lo que se desprende que sí que puede ser interesante integrar el cloud computing en las actividades críticas.
Mito 8: “Nube = Datacenter”
La mayoría de las decisiones relacionadas con cloud computing no tienen nada que ver, o al menos no deberían, con cerrar centros de datos y mover todo a la nube, y tampoco se debe equiparar una estrategia cloud con una de datacenters. O sea, que en general, la externalización de los centros de datos, su modernización y las estrategias sobre datacenters no son sinónimos de cloud computing.
Mito 9: “Al migrar a la nube se consiguen todas las características que la definen”
No. Las características de la nube no son “heredables”, cada modelo y tipo de nube tienen las suyas por lo que es imposible beneficiarse de todas (a no ser que efectivamente la empresa use todos los modelos disponibles de cloud computing y todos los tipos de nubes, lo que ocurre en contadísimas ocasiones por no decir ninguna).
Mito 10: “Virtualización = Nube privada”
No, virtualización y nube privada no son lo mismo. Ciertamente, la tecnología de virtualización es clave en la preparación de una nube privada, pero montarlas implica ir más allá que instalar Hyper-V Server. Hace falta pues tirar de otras soluciones para lograr una auténtica nube privada, que son aquellas que tienen la capacidad de aprovisionar de recursos bajo demanda, de adaptarse a las necesidades de procesamiento, y de monitorizar y medir el uso.
Fuente: www.ticbeat.com